jueves, 5 de noviembre de 2020

No tengo lapicera ni libreta.


Pero... ¿qué podría decir que ya no este dicho?

Como un centro comercial o una galería, hay espacios virtuales que se han muerto por más que técnicamente sigan funcionando. Hermoso de ver. 

Un lugar anónimo, casi un secreto, a vista del mundo.

Decadencia urbana, fantasmas de instantes, nostalgia por momentos que jamás fueron reales, espectros de meras especulaciones, sentires frágiles y efímeros plasmados por la eternidad. 

Esta extraña sensación de infinidad, que como el universo mismo no le queda otra que ser absorbido por la oscuridad y desaparecer.

Eterno nada. 


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