martes, 15 de septiembre de 2015

Midiendo el miedo.



Escuche que la vida es como una montaña rusa,
y yo siempre le temí
a las alturas,
a la gravedad,
a la realidad.
a despertar después de la caída,
 tangible y concreta.
El asfalto que sofoca la tierra,
y desde arriba no es más que un plano gris.
al  silencio que amenaza,
haciendo evidente lo débil y frágil
que el cuerpo es.
A la piel que envuelve a los huesos.
A la carne que esconde y oculta
lo que pudimos ser... pero no fuimos y tampoco seremos.
A las cosas que lloramos.
El miedo son lágrimas que riegan más miedo,
tan sólo para que florezcan
 las semillas de un árbol al cual no podremos subir.
Porque la vida es un árbol alto, muy alto
... y siempre le temí a las alturas.

domingo, 30 de agosto de 2015

A thousands things to be afraid of.




¿Qué temer? 

¿Acaso las mil y un cosas que pude ser y no soy? 
¿Qué podría salir mal? Bueno, además de eso. Y de todas las cosas que salieron mal aún antes de intentar que salieran.
Hace frío para salir, quedémonos dentro por un rato. No digo que quedarse encerrado conviviendo con los sentimientos, y cada uno de los pensamientos que nos arrinconan sea mejor que salir... pero es mejor que enfrentarlos desde afuera ¿no es así?

viernes, 20 de febrero de 2015

Dos mil uno cuatro

El 2014 se fue y no sé que pensar de él. No escribí nada en este blog desde entonces. Creo que es seguro afirmar que la humanidad fue congelada durante un año como tributo a Walt Disney, pero sin querer volvimos a la realidad como si nada.
 No tengo anotado en ningun cuaderno o papel suelto que pensar de el año que deje pasar. Se desvaneció en el aire, y hasta donde sé, puede que nunca haya pasado realmente.
Creo que las cosas siguen igual, y eso me preocupa.
"Lo único estable es el cambió". Bob Dylan está sobre-valorado. Aunque la verdad lo digo para sonar interesante, tan interesante como la foto en blanco y negro de una flor marchita en un vaso de agua; no he escuchado demasiado de Bob Dylan ni de esas bandas que todos aman y se tatúan frases lindas.
Pero volviendo al la frase que me compete. ¿Las cosas cambiaron y me olvide? O tengo mala memoria o ya no me significa nada el cambio, ya no me afecta, ya deja de ser una cuestión interna y pasa a ser una actualización automática, como esas que te piden las aplicaciones del celular.

Tendría que poner una foto linda aquí, tendría que poner alguna metáfora, tendría que ser más sutil. Pero llegue a ese punto en que la psudo angustia existencial de la adolescencia empieza a desaparecer y a despejarte el panorama, para que se puedan contemplar una viva y nítida imagen de los verdaderos retos y motivos para quedarse en la cama aunque no puedas dormir.