martes, 13 de septiembre de 2011

Destellos que entumecen el amanecer.

Soledad era lo que encerraba en su alma.
Angustia era lo que devoraba su mente.
Tristeza lo que asechaba debajo de su cama.
 Amor era lo que esperaba.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Slow motion.

¿Cómo descomprimir los pensamientos que me atormentan por la noche? 
¿Cómo sustituir un sentimiento incomprendido por otro incompleto?
¿Cómo culminar una vida en un instante?
Esas decisiones espontaneas, como tirarse de una escollera hacia el mar, o beber cianuro endulzado; son las que mas efectivas parecen, pero más difíciles de llevar a cabo son. Requiere una verdadera desesperanza y mucho coraje. Y si hay algo por lo que me caracterizo es por mi falta del segundo requisito.
Algún día.. Algún día, lo sé.
La muerte es inevitable, como el amor, como la locura. 



miércoles, 7 de septiembre de 2011

El final.

"Y las luces de la ciudad te cegaron. Es que ya no podes distinguir la realidad de tus alucinaciones" murmuró alguna voz dentro de su cabeza, que imploraba un poco de cordura.

"Debe ser por el clima" dijo su padre, siempre tan iluso.
"¡Debe ser el día!" exclamó la madre, pero después del quinto trago, ya no sabia de lo que estaba hablando. 
Pasaron 3 días, su dulce hija aún no aparecía. Ellos suplicaban, rezaban, imploraban por verla de nuevo, pero sin resultado alguno.
Luego de semanas de llanto y falsas esperanzas, decidieron aceptar que su pequeña había muerto. 
Ella ya no existía. Sólo quedaba su cuerpo vacío mirando fijamente por la ventana. Sus ojos carecían de expresividad; habían drenado su alma.
 Muerta, muerta estaba. Sentada sobre el piso, sin emitir sonido alguno, sin parpadear, sin hacer nada más que esperar. 
Muerta, muerta se encontraba.. Su rostro, blanco como la porcelana, enmarcaba sus inexpresivos ojos azules, y contrastaban con el desarreglado cabello negro, que inundaba de miseria sus facciones.
Sus padres, desconsolados, miraban a su pequeña y dejaban rosas frente a su habitación, conmemorando la belleza que un día fue, la vida que antes solía emanar. 
Pero no había caso, ella muerta estaba; sumergida en un mundo de fantasías, muy asustada para comprender la realidad. Ella fielmente creía que la muerte era un mejor lugar.
En completa soledad, apenas iluminada por la luna, su cadáver denotaba cierta belleza de difícil comprensión. Pero ya nada de eso importaba. 
Y algunas personas se atrevieron a  cuestionar su muerte, alegando que ella aun respiraba (o al menos eso parecía), diciendo que sus órganos no dejaron de funcionar.  Pero ellos nunca entendieron de qué se trata la vida, y probablemente terminen muriendo de la misma forma que ella. 
Ya sin alma, ya sin sueños, ya sin amor, ya sin odio, ya sin metas, ya sin lágrimas, ya sin música, ya sin sensaciones, ya sin ilusiones, ya sin nada ¿Qué más se podía esperar? Era una muerte inminente. Si su cuerpo deja de responder fisiológicamente, eso, solo sería un paso más. Ella muerta ya esta.