tratando de darle sentido a una causa perdida
imagenes y palabras se forman y deforman
dejando no más que incertidumbres.
tratando de darle sentido a una causa perdida
imagenes y palabras se forman y deforman
dejando no más que incertidumbres.
La piel que me envuelve, que se desgarra ante descuidos, que se regenera, que tiene marcas y huellas, que evidencia mi existir.
Algún día mi piel decaerá, algún día alimentara insectos o se asará hasta reducirse a cenizas.
Algunos días desearía que llegase ese día.
Algunos otros me atormenta pensarlo.
Seguramente ese día llegará sin anunciarse.
Y Quizás quien en algún momento, de lo que yo ahora considero futuro, lea estas palabras se preguntará quién fui y cómo acabo aquí. En ese caso seguramente sentirá la misma frustración que yo siento cuando veo películas del festival de cine con un final abierto.
Sí, todo para decir eso: que vi una película y no me gusto el final.
Dramática me podrán decir.
Seguro hay gente que sucumbió a sus deseos de culminar su vida por menos.
Pero... ¿qué podría decir que ya no este dicho?
Como un centro comercial o una galería, hay espacios virtuales que se han muerto por más que técnicamente sigan funcionando. Hermoso de ver.
Un lugar anónimo, casi un secreto, a vista del mundo.
Decadencia urbana, fantasmas de instantes, nostalgia por momentos que jamás fueron reales, espectros de meras especulaciones, sentires frágiles y efímeros plasmados por la eternidad.
Esta extraña sensación de infinidad, que como el universo mismo no le queda otra que ser absorbido por la oscuridad y desaparecer.
Eterno nada.