martes, 25 de octubre de 2011

Used.

Y como a la deriva de la emociones su pequeña e insignificante existencia se desvanecía junto con los sueños de preparatoria. Siempre tan infantiles, tan ilusos, tan apasionados, tan idiotas.
Exquisita la armonía entre el despecho y la inseguridad.
Rompía en llanto en un constante ciclo, y enfrente de esa caja boba desahogaba todas sus penas. Trataba de no estar en silencio, para disimular su soledad.. Así que ponía canciones tristes, que se sentaban a su lado, y apretaban un poco más la cuerda al cuello.
Las rosas marchitas eran la perfecta metáfora de su alma en ruinas, así que tomo el florero de cristal y lo tiró con todas sus fuerzas, hasta que se desintegro en pequeños trozos de vidrio y pétalos rojos marchitos. Se quedó petrificada, contemplando durante unos minutos su reciente obra.
Y luego, entre llantos y deseos suicidas, cayó en un  profundo sueño.

jueves, 20 de octubre de 2011

Morir



Y no deseo más que mi locura, para hacerlo 
 Hay cosas que te matan o te curan con el tiempo 
 Somos agua de lo mismo  
 Si morir es el final  
Al menos queda lo que siento 
 Sentir que la verdad
  ¿Se trata de olvidar, se trata de no ver?  


Adoración es lo que siento amor. 
Y en algún momento, te retribuiré todo este amor que me diste sin medir. Mientras tanto, no puedo hacer más que esperar, y quizás, desear con que tu existencia y la mía, se unan. 

sábado, 8 de octubre de 2011

Gente que es tierna aún enfadada.

Su nombre es Miel, sus ojos también

... Y es tan única como el recuerdo infantil de la mañana de navidad. Ella buscaba amor, quizás algo más, debajo del árbol, detrás del muérdago.
Yo sabía que debía ser mía, pero nunca tuve el valor de reclamarla.
Seis meses después, puedo mirarla  a los ojos sin arrepentirme de haberle robado un beso.
No me importa ya el hecho de que ella me llamara "pelotudo" y me redujera a lagrimas en cuestión de segundos, en frente de ella, y de todas las personas que cruzaban por esa avenida...  Es que ya lo hice, pude probar el cianuro de sus labios.
Tengo toda una vida para regocijarme en ese glorioso momento, en el cual, mis labios y los de ella se fundía, tal como lo soñé.
Tengo toda una vida para desintegrarme en ese patético momento, en el cual, mis miedos me inundaron tal como Alicia tratando de salir del mar de lágrimas.

Tengo una vida. Ella. Es mia.